BARÁ
Es factor ineludible y decisivo en cualquier circunstancia. Influye en lo más mínimo, favorable o no. El Goza de toda la confianza de Olodumaré y es él quien se encarga de informar al ser supremo lo que sucede, malo o bueno en este plano. Bará es mensajero natural entre el hombre, los Orixás y los Imalé. Él es quien representa la casualidad, la suerte, la desgracia, la inmensidad, lo blanco o negro, lo correcto y lo que no lo es tanto. Él puede ser generoso y apasionado; justo o injusto; es el que puede con su influencia cambiar el Odú del destino. Así este traiga aparejada a la muerte. Bará se disfraza de príncipe o de pordiosero. Es travieso e inestable como un niño. Tajante y certero en sus consejos como un antiguo. A él le agrada utilizar sus poderes para crear confusiones, ya sea para mostrar lo errado de la persona o para divertirse con sus travesuras. A su vez es él uno de los mejores guerreros. Junto a Ogún, Xangó y Odé son invencibles. Él gusta llevar en su mano un palo de forma fálica. Bará es el principio y fin de las cosas, el día la noche, el blanco el negro, lo firme, el abismo, lo mayor lo menor, la vida y la muerte; equilibrio justo y necesario. De no ser por él, la vida y sus situaciones carecerían de sentido. Se podría ser malo sin que hubiese un castigo y si se fuese bueno no habría compensación. Por ello se tornaría la vida desde el nacimiento de la persona sin sentido. En las fiestas es a él a quien se dedica el primer toque de tambor, para que a su vez transmita a los Orixás el motivo de ella y les allane el camino. Es aliado de Oxalá, protegido de Orumilaia y él a su vez protege a los Babalawos. Siendo muy mimado por estos últimos.
ARQUETIPO DE BARÁ
Los hijos de Bará son enigmáticos, muy pocas veces dejan entrever sus pensamientos más profundos. Acompañan esa actitud de pensamiento con el movimiento, por tal motivo se los ve nerviosos y ansiosos, aunque demuestren estar tranquilos. Continuamente hierven por dentro en la búsqueda del cambio y de algo nuevo. Siempre están atentos a todo lo que gire a su alrededor, por ser de naturaleza desconfiada y temerosos de las distintas facetas humanas. Son de carácter ambivalente; buenos y malos; poseen el arte de la palabra y de inspirar confianza y en ocasiones abusar de esta. Tienen una capacidad innata para comprender los problemas y una facilidad exquisita para desmenuzarlos. Pueden aconsejar sobre todas situaciones y cuando más compleja sea esta, mayor es la recompensa esperada. Sus características principales son el continuo movimiento, terror al encierro, inestabilidad, continuos volver a empezar, amor a la libertad. |